En la conmemoración del mes de la Mujer, la industria tecnológica se enfrenta al desafío de cerrar la brecha de género en sus equipos de trabajo. De acuerdo con una encuesta realizada por Deloitte, solo el 33% de la fuerza laboral en empresas tecnológicas está conformada por mujeres, lo que evidencia la necesidad de realizar mayores esfuerzos para lograr una inclusión efectiva.
La situación en Colombia es aún más preocupante. Según datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), apenas el 43% de las mujeres poseen competencias digitales básicas, en contraste con el 62% de los hombres. Esta disparidad resalta la urgencia de implementar programas que impulsen la capacitación y participación femenina en el sector tecnológico.
Aura Santisteban, Chief Product Officer de Olimpia IT, comparte su perspectiva sobre los retos que enfrentan las mujeres en la industria tecnológica. Entre ellos, destaca los sesgos culturales sobre las capacidades femeninas en áreas tradicionalmente dominadas por hombres, la ralentización del crecimiento profesional debido a roles de maternidad y soporte familiar, las brechas salariales, los prejuicios de comportamiento y las menores oportunidades laborales.
Para lograr una mayor inclusión de mujeres en la industria tecnológica, Santisteban propone cambiar el modelo educativo y fomentar la valentía en las niñas desde temprana edad, incentivar la curiosidad por la ciencia y la tecnología, formando habilidades digitales, valorar la diversidad de pensamiento y perspectivas en las empresas, e implementar políticas que promuevan el equilibrio entre la vida personal y laboral.
Desde el sector público, el Ministerio de TIC ha lanzado un proyecto digital para fortalecer el liderazgo femenino y cerrar la brecha digital de género en la apropiación de las TIC en el país. Este proyecto busca instruir a las mujeres en herramientas digitales para fortalecer su empleabilidad y facilitar su camino en la industria tecnológica.
Por su parte, el sector privado debe asumir retos como capacitar a líderes en estrategias de género y al personal en la identificación de sesgos, comprometerse con prácticas de contratación y ascenso libres de prejuicios, identificar mujeres con potencial y promover programas de menoría, e implementar políticas de equidad de género con planes de acción concretos.
